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La decisión frente a la obesidad

la decisión en la cirugia de la obesidad

Obesidad. Decisión necesaria.

El estigma de la obesidad pesa a la hora de tomar una decisión. El miedo y la incertidumbre del resultado de la cirugía bariátrica la hacen difícil, desconociendo que su actual condición es más peligrosa para su salud.

Muchas personas han “sufrido” muchas dietas sin buenos resultados, que llegan a precipitar el momento en el que se toma la decisión de acceder y plantearse una cirugía.

Cuando un paciente ha agotado todos los tratamientos médicos y dietéticos sin pérdida de peso, se debería plantear la cirugía frente a la obesidad.

Es a partir de este momento cuando aparecen las dudas y los miedos, todos ellos normales, al plantearse una situación desconocida.

El 50% de los pacientes obesos deciden operarse en los meses previos al verano

El 50 por ciento de los pacientes obesos deciden someterse a una técnica de cirugía bariátrica en los meses previos al verano, tras haber realizado una dieta y haber recuperado el peso perdido al abandonarla.

El 25 por ciento de estos pacientes decide someterse a una intervención por razones puramente estéticas como principal motivo, un 70 por ciento también está motivado por cuestiones de salud, ya que en la mayoría de los casos estas personas padecen hipertensión, diabetes y apnea del sueño, entre otras enfermedades.

Respecto a las técnicas más utilizadas para la reducción de peso son el balón intragástrico, la gastrectomía vertical y el bypass gástrico, en función de las necesidades de cada paciente.

Recomendaciones de la Sociedad de Cirugía de la Obesidad.

La decisión de someterse a una cirugía para tratar la obesidad debe ser tomada en consulta con un equipo médico especializado en el manejo de la obesidad, incluyendo un cirujano bariátrico, un nutricionista, un psicólogo y un médico general.

Generalmente, según la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad, la cirugía bariátrica se considera como necesaria cuando el índice de masa corporal (IMC) de una persona es mayor de 40 kg/m², o cuando el IMC está entre 35 y 40 kg/m² y la persona tiene una enfermedad relacionada con la obesidad, como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial o apnea del sueño, entre otras.

¿Qué piensa el paciente?

El paciente es susceptible a recibir cualquier tipo de opinión sobre la cirugía, pero únicamente debería dejarse asesorar por un cirujano bariátrico con experiencia, que ayudará, según las recomendaciones de las sociedades científicas, a comprender los riesgos tanto de mantenerse en su obesidad como los que presenta la cirugía.

Por los múltiples trabajos publicados, sabemos que conseguir pérdidas de peso importantes y mantenidas en el tiempo únicamente con dieta es difícil, de ahí la importancia de apoyar los resultados en un procedimiento de cirugía que nos ayude a conseguirlos. Además, el cirujano propondrá el tipo de cirugía más apropiada para su caso.

En la consulta se realiza una entrevista con un experto en procedimientos bariátricos, con la finalidad de conocer a la persona y su “historia en la obesidad”. Aunque hay múltiples preguntas a contestar en la entrevista, se pretende establecer la mejor indicación ajustada a las características de los pacientes y sobre todo descartar algún tipo de contraindicación.

Como es obvio se realizan todos los estudios preoperatorios pertinentes y se concierta una cita para la valoración anestésica y se inicia el proceso de la intervención.

La decisión de cuando operar es siempre del paciente, y a pesar de haber asistido a muchas consultas, hay pacientes que acuden decididos y otros que ven la cirugía como un fracaso, su fracaso, lo que les impide tomar una decisión adecuada a su condición de salud.

El someterse a cirugía es una gran responsabilidad, ya que de algún modo el paciente debe comprometerse a unos cambios de hábitos que hasta ahora no ha podido conseguir. La cirugía, los hace más fáciles, pero el día a día requiere motivación y voluntad para realizarlos.

Tomar esta decisión no es fácil, puede existir miedo y, a las dudas e indecisiones propias, en ocasiones se suma la falta de apoyo familiar, que añaden incertidumbre a la decisión. ¿Así como estas, operarte es una locura?, ¿Sabes que a nuestra conocida le fue mal y no ha perdido peso?. Todas estas dudas de los personas más próximas son humanas, y son fruto de la falta de conocimientos.  El actual avance de este tipo de intervenciones ha hecho posible que el número de complicaciones relacionadas con las técnicas quirúrgicas sea muy bajo.

El paciente es el único que sufre la obesidad y los  condicionantes que conlleva y es él el que debería tomar la decisión y verse apoyado por su entorno.

 

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