Sí, es común que algunas personas sientan miedo o ansiedad ante la perspectiva de someterse a una cirugía de la obesidad. La cirugía bariátrica es una intervención quirúrgica importante que implica riesgos y cambios significativos en el estilo de vida del paciente.
La obesidad provoca una situación vital complicada con una disminución de la calidad de vida fruto de las limitaciones que conlleva.
Hay personas que refieren tener miedo a la cirugía. ¿Esta justificado?
Entender el mecanismo de la cirugía recibiendo una información exhaustiva de la misma y de sus mecanismos de acción, para comprender los cambios físicos que van apareciendo, es fundamental para disminuir la ansiedad que aparece de modo natural.
Probablemente es el miedo a lo desconocido que retrasa la decisión de la cirugía y este se vence con información
¿Qué deberás hacer para minimizar el miedo a la cirugía?
- Conocer al equipo de profesionales y asegurarte de sus certificaciones y experiencia.
- Constatar que existe un equipo multidisciplinar de expertos para acompañarte en el postoperatorio y durante el seguimiento.
- Disponer de unas instalaciones adecuadas para realizar el procedimiento quirúrgico.
Actualmente la cirugía se realiza a través de laparoscopia, son mínimas incisiones que no provocan ningún daño estético en la piel y que dan lugar a mínimos síntomas en el postoperatorio temprano. Todos conocemos el cambio que ha representado este tipo abordaje en la obesidad. Rápida movilización, tolerancia inmediata tras la cirugía y regreso a casa a los pocos días.
El cambio esperado tras una intervención es importante y deseado. Como expresión máxima del cambio que espera, es el cambio del aspecto físico, de hecho en muchas ocasiones la persona no es reconocida por amigos con el paso del tiempo, a los seis meses.
Pero el cambio también llega a situaciones diarias, la compra de ropa, el subir una escalera o caminar un tramo sin agotarse.
¿Como minimizar el miedo al cambio?
Debemos tener presente que la mayoría de las personas con obesidad comen en exceso. Un cambio de estas características se acompaña de miedo y ansiedad.
Al ir a la cirugía nos obligamos a un cambio, a la modificación de la conducta, sobre todo a la hora de la cantidad de comida.
Lo que antes era un exceso a la hora de comer, una recompensa equivocada de la ansiedad acumulada a lo largo del día, tras una cirugía, la comida se convierte en un tramite, pero no por ello debemos dejar de disfrutarla.
Es raro tener hambre después de la cirugía. Cuando la cirugía esta reciente en ocasiones hay algún vómito debido a una transgresión involuntaria de la ingesta o a una deglución rápida sin masticar.
La limitación de la ingesta tras la cirugía, durante los primeros meses, se produce por miedo a los síntomas que puedan aparecer. El miedo y la ansiedad a la ingesta existe y desaparece cuando la pérdida de peso deja visualizar la nueva imagen que se consigue y la persona, en este momento obtiene la recompensa del cambio realizado.
A partir de este momento, el miedo y la ansiedad se cambian por satisfacción y orgullo.
Otro tópico que provoca ansiedad y miedo es la dificultad a la limitación de bebidas alcohólicas. Con respecto al miedo al consumo de alcohol, en muchas ocasiones va acompañado al miedo a la dificultad de mantener las relaciones sociales. El asociar su consumo al ocio y a las reuniones sociales no es bueno. Beber alcohol ya sabemos que no es recomendable, pero no es imposible si se hace de modo esporádico y con la moderación debida.
Las personas que van a cirugía tienen temor a reganar peso después de la intervención.
Sólo un pequeño grupo de personas manifiestan preocupación por la reganancia peso tras una intervención y como ya mencionamos en una entrada anterior se debe a la vuelta a los viejos hábitos de la mala alimentación. Creo que este miedo es positivo y es el que nos mantiene vigilantes y sin relajarnos en nuestra conducta.
Finalmente existe miedo a los cambios estéticos productos por la pérdida de peso, cambios relacionados con el deterioro de la imagen corporal. Este miedo esta justificado en personas que toman la decisión de operarse a edades avanzadas o que tienen un exceso de peso elevado. Al final los cambios físicos siempre se presentan de modo individual y requieren tratamiento preventivo con ejercicios dirigidos y tratamientos de remodelado corporal para minimizarlos.
Todas estas emociones se vencen con el acompañamiento profesional, que consideramos imprescindible para todas las personas que se intervienen por obesidad.