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¿Molestias abdominales tras la cirugía?

molestias tardías tras una cirugía de obesidad

Cuando existen molestias leves tras unos meses cirugía de pérdida de peso en la que ha existido una buena pérdida de peso y todos los estudios complementarios realizados han sido normales, no hay que preocuparse. Estas molestias pueden ser normales. Pero antes de confirmar esta afirmación, se deben tener en cuenta algunos enfermedades.

¿Qué complicaciones precoces pueden producirse tras la cirugía?

Luego de la cirugía abdominal pueden presentarse algunas complicaciones en el postoperatorio inmediato. A continuación, se enumeran las complicaciones más comunes:

  • Hemorragia. El término «hemorragia» significa «sangrado». La pérdida rápida de sangre en el sitio de la cirugía, por ejemplo, puede producir un shock
  • Infección de la herida. Cuando ingresan bacterias en el sitio de la cirugía, puede producirse una infección. Las infecciones pueden retardar el proceso de cicatrización.
  • Complicaciones pulmonares. Las complicaciones pulmonares pueden presentarse debido a la falta de respiración profunda. A veces, se recomiendan ejercicios de respiración profunda para ayudar a mantener a los pulmones en buenas condiciones después de una cirugía.
  • Retención urinaria. Luego de la cirugía, puede producirse una retención urinaria, o incapacidad para vaciar la vejiga, temporal. La retención urinaria se produce debido a la anestesia.

Molestias o dolor abdominal en el largo plazo

Si existe dolor abdominal tras cualquier cirugía, independientemente del tiempo en el que ésta ha sido realizada, se deben descartar algunos efectos no deseados relacionados con la cirugía. A tal fin es recomendable realizar estudios complementarios, analíticos y estudios de imagen, adecuados a la clínica que refiera el paciente.

Las causas más frecuentes

Entre las causas más frecuente de dolor abdominal no específico, están los síntomas derivados de las adherencias entre los intestinos, en definitiva aquellos relacionados con la cicatrización, que pueden ocasionar molestias o dolores cólicos esporádicos. En ocasiones estos cuadros pueden llegar a ser importantes y adoptar una entidad clínica especifica, denominadas suboclusión u oclusión intestinales, que expresa la dificultad del transito intestinal de los alimentos. En cirugía laparoscópica esta entidad podríamos afirmar que es rara dadas las pequeñas heridas necesarias para realizarla y que lógicamente provocan pocas adherencias.
Cuando hemos descartado otras entidades mayores, como las hernias internas, que pueden ser causadas por los cambios anatómicos provocados por la cirugía bariátrica y que suelen presentarse en el largo plazo tras la pérdida de peso . Al igual que ocurre en el síndrome adherencial, éstas están relacionadas con la cirugía y, pueden ser causa de dolor abdominal de mayor intensidad acompañándose incluso de obstrucción intestinal como en el cuadro adherencial.

Litiasis biliar.

Otra entidad que debe descartarse en las pérdidas de peso importantes es la formación de litiasis biliar, como ya se comento en otra entrada en el blog y que puede requerir un tratamiento quirúrgico específico. Las molestias o el dolor suele estar localizado en el abdomen superior y acompañarse de alteraciones analíticas.
Descartadas estas afecciones mayores comentadas, la causa del dolor abdominal puede ser difícil de identificar.
Sabemos que en cualquier intervención quirúrgica, sobre todo cuando hay cambios anatómicos, existen molestias abdominales que habitualmente son inespecíficas y no requieren tratamiento analgésico. El paciente suele hacerlos suyos como parte de su proceso de recuperación.
Cuando hablamos específicamente de las molestias tardías que acontecen tras la cirugía de la obesidad, esta clínica puede estar relacionada con la laxitud de los mesenterios tras la pérdida de grasa. Del mismo modo que se pierde la grasa de los miembros superiores e inferiores y dan lugar a alteraciones de la morfología de los miembros, también en el abdomen existe pérdida de la grasa visceral que puede condicionar la anatomía de los intestinos.
El mesenterio es una capa doble de peritoneo que adhiere los intestinos a la pared abdominal. Es un reservorio de tejido adiposo por el que transcurren los vasos sanguíneos, los linfáticos (por medio de la fascia de Toldt) y los nervios que median en la vascularización de los intestinos.
Existen anomalías gastrointestinales en los síndromes como en el de Ehlers-Danlos. Es una enfermedad hereditaria que condiciona una síntesis anormal de colágeno que conduce a una hiperlaxitud articular, anomalías de la piel y fragilidad de los tejidos.

Hiperlaxitud del tejido conectivo.

Ante la pérdida de grasa mesentérica tras una cirugía, existe una hiperlaxitud del tejido conectivo, que puede condicionar alteraciones en la motilidad y la biomecánica del tracto gastrointestinal o dar lugar a disfunciones autonómicas que contribuyen a los síntomas gastrointestinales dada la tracción de los mesenterios. Estos síntomas son de aparición tardía y acontecen con una perdida de peso adecuada. Se expresan con malestar abdominal sin síntomas asociados, y son síntomas que no pueden objetivarse mediante ningún estudio complementario, que de modo repetido son informados como normales.

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