El estigma del obeso
En el ámbito de la salud pública, el estigma asociado a enfermedades como el HIV/sida, varias formas de cáncer, alcoholismo y consumo de drogas, ha sido una importante barrera para su tratamiento y prevención, lo cual ha requerido de importantes esfuerzos por parte de los profesionales sanitarios para reducir esta barrera que afectaba negativamente a la eficacia de las intervenciones.
En cambio, el estigma de la obesidad no ha sido todavía suficiente objeto de atención por parte de los responsables sanitarios y responsables de políticas públicas
Las enfermedades como la obesidad, son alteraciones fisiológicas del cuerpo, pero también son trastornos sociales. Cualquier padecimiento afecta siempre la existencia de quien lo sufre, sino también porque repercute en las relaciones sociales del enfermo a efecto de las características social y culturalmente atribuidas a su dolencia.
El estigma de la obesidad se da en muchos ámbitos de la vida de las personas, incluyendo el ámbito sanitario, laboral, educativo, familiar, los medios de comunicación, la salud pública y la sociedad en general.
Estigma en el ámbito sanitario.
Muchos profesionales sanitarios muestran prejuicios y actitudes negativas hacia las personas con obesidad. Ya se ha comentado un informe de la OMS que sen ̃ala que casi el 70% de los adultos con obesidad informan de experiencias de estigma por parte de profesionales sanitarios.
El estudio multinacional realizado con 6 países de 3 continentes, muestra que dos terceras partes de los participantes con obesidad en cada país informó haber sufrido experiencias de estigma con profesionales sanitarios.
En consecuencia, los pacientes con obesidad tienden a experimentar estrés sanitario y a reducir la búsqueda de atención sanitaria, retardando o evitando sus visitas médicas, pierden la confianza en los profesionales y se adhieren menos a los tratamientos
Estigma laboral.
En el ámbito laboral, las personas con sobrepeso y obesidad se enfrentan a actitudes estereotipadas por parte de los/las empresarios/as, como por ejemplo que son perezosas, menos trabajadoras, con falta de motivación, falta de autocontrol y falta de habilidades interpersonales, lo que las lleva a recibir un trato desigual en el puesto de trabajo, afectando a las decisiones en la contratación, a salarios más bajos y a un menor número de ascensos y promociones.
Estigma en las redes sociales.
El estigma de la obesidad también está presente en las redes sociales, donde se humilla a las personas con obesidad y sobrepeso, presentando estereotipos tales como que son perezosas, irresponsables y demasiado benévolas, y donde son objeto de burlas por el público general, generando más insatisfacción corporal y un menor bienestar psicológico en estas personas.
Estigma escolar.
La victimización y el acoso basado en el peso es frecuente en el entorno escolar, fundamentalmente por parte de los compañeros, pero también por parte de entrenadores deportivos y profesores, tanto en formación como en servicio, que pueden tener expectativas más bajas a nivel físico, social y de habilidades académicas con relación a los estudiantes con sobrepeso, impactando negativamente en la salud de estos estudiantes y generando desigualdades.
El informe de la OMS destacaba que los niños con obesidad en edad escolar presentan un 63% de mayor riesgo de sufrir acoso que sus compañeros con peso normal.
La imagen del cuerpo, es la figura de nuestro propio cuerpo, que formamos en nuestra mente, es decir la forma en la cual nuestro cuerpo, se nos representa a nosotros mismos.
La idealización del cuerpo humano, es en parte el resultado del famoso dibujo realizado por Leonardo da Vinci, el hombre de Vitruvio, acompañado de notas anatómicas, que representa la imagen de la perfección, de formas y proporciones del cuerpo humano o sea, de la belleza,
Por supuesto, la imagen corporal ha cambiado a lo largo de la historia de la humanidad. Puedes ver en este video de Verne la evolución del tipo de cuerpo ideal a lo largo de la historia.
Actualmente, vivimos en una sociedad particularmente obesófoba, donde la preocupación por el peso y la imagen corporal tiene gran importancia. Lo que conduce a la estigmatización hacia los obesos en lugar de reconocerlos como enfermos.
Este estigma se expresa, de forma velada, mediante una discriminación que tiene muchos aspectos, como por ejemplo, los laborales o el mismo rechazo inicial a aquellos pacientes que anhelan la cirugía como solución a su obesidad.
Los mensajes implícitos y explícitos de los paradigmas actuales, donde la delgadez, es un símbolo y sinónimo de belleza, éxito y eterna juventud, donde la obesidad no encuentra lugar entre ellos y por lo tanto, da la impresión de que no pertenece ni a la cultura ni a la sociedad actual.
Fuente: El estigma de la obesidad y su impacto en la salud: una revisión narrativa. David Sánchez-Carracedo