La aparición del síndrome de distensión gástrica por gas (síndrome de burbuja gástrica) es una complicación infrecuente con fisiopatología desconocida, caracterizada por plenitud y/o dolor abdominal (sensación de gas intestinal), dificultad para eructar, aerofagia y retraso del vaciamiento gástrico.
La funduplicatura Nissen es un procedimiento quirúrgico utilizado para tratar la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y otras afecciones relacionadas con el esfínter esofágico inferior. Durante este procedimiento, se envuelve parte del estómago alrededor del esfínter esofágico inferior para fortalecerlo y reducir el reflujo de ácido hacia el esófago.
Sin embargo, después de la funduplicatura Nissen, algunas personas pueden experimentar distensión gástrica, un síndrome conocido como síndrome de la burbuja o distensión por gas. Esta afección se produce cuando se forma una burbuja de gas atrapada en el estómago después de la cirugía, de aire deglutido durante la ingesta o el habla.
Es más prevalente en la funduplicatura completa tipo Nissen que en la parcial tipo Toupet. La incapacidad para eructar es más prevalente en la funduplicatura completa. Se ha reportado el síndrome de la burbuja en 18.64%/10.34%, flatulencia en 74.58% y 67.24%, y epigastralgia en 25.42%/31.03% después de la cirugía antirreflujo completa y parcial, respectivamente.
La frecuencia reportada del síndrome de distensión por gas es muy variada y depende de la definición del trastorno, siendo motivo de consulta inmediatamente después de la cirugía, y que en la mayoría de pacientes tiende a mejorar o resolverse durante el primer año.
La distensión del epigastrio por gas tras una intervención por reflujo gastroesofágico o hernia de hiato, comprende un grupo de quejas mal definidas y variables que se supone resultan de la dificultad para eructar. En este síndrome se incluye un grupo mal definido de malestares asociados a la incapacidad para ventilar gas desde el estómago hacia el esófago después de la funduplicatura.
Los síntomas son distensión abdominal (subjetiva), incapacidad para eructar, llenura posprandial, náuseas, flatulencia, incapacidad para vomitar y dolor epigástrico. Sin duda este síndrome puede provocar una estenosis funcional a nivel esofágico con resultado de disfagia a la ingesta o un estado de ansiedad que agravará las molestias epigástricas.
Los estados de ansiedad pueden influir en el aumento de molestias gástricas. La ansiedad puede desencadenar una serie de respuestas físicas en el cuerpo, incluyendo la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, que pueden afectar la digestión y el funcionamiento del sistema gastrointestinal.
Cuando una persona está ansiosa, su cuerpo entra en un estado de alerta, lo que puede hacer que se sienta nerviosa, tensa o incómoda en el estómago. Esta tensión puede hacer que los músculos del estómago se contraigan y causar dolor abdominal, náuseas, diarrea, estreñimiento y otros síntomas gastrointestinales.
Además, la ansiedad también puede aumentar la producción de ácido en el estómago, lo que puede empeorar los síntomas de acidez estomacal, indigestión y úlceras. Si bien las molestias gastrointestinales pueden tener otras causas, la ansiedad es un factor que puede empeorar los síntomas en algunas personas.
Causas del síndrome de burbuja gástrica.
La causa del síndrome es poco clara, pero los mecanismos propuestos incluyen:
- la incapacidad de la UEG para relajarse en respuesta a la distensión gástrica;
- aerofagia, un hábito frecuente entre los pacientes con ERGE severo, la cual se vuelve problemático después de funduplicatura cuando el aire no puede ser ventilado;
- a la alteración en relajación receptiva y acomodación en respuesta al alimento con rápido vaciamiento gástrico y,
- una lesión quirúrgica en el nervio vago, que retrasa el vaciado gástrico e interfiere con la relajación transitoria.
Tratamiento del síndrome de la burbuja gástrica.
Las terapias recomendadas, aunque sin evidencia científica clara, incluyen
- modificaciones dietéticas para evitar los alimentos productores de gas y bebidas carbonatadas,
- comer más lentamente para evitar la aerofagia evitando hablar durante la ingesta,
- dejar de fumar, o el uso de fármacos procinéticos.
El manejo debe incluir modificaciones dietéticas, como disminuir o suspender el consumo de bebidas carbonatadas, fermentables y alimentos que retrasen el vaciamiento gástrico. Si los síntomas son leves, pueden emplearse la simeticona y procinéticos. En los casos severos puede requerirse de cirugía y desmantelar la funduplicatura Nissen la conversión de la funduplicatura de 360° a 180°