Dormir mal provoca sobrepeso. Un estudio de observación en una universidad de California, ha examinado la asociación entre el sueño y la obesidad. Este estudio encontró una asociación significativa entre la corta duración del sueño (generalmente <6 horas por noche) y un aumento de la prevalencia de obesidad, tanto en adultos como en niños.
La falta de sueño puede afectar negativamente el equilibrio hormonal del cuerpo, aumentando los niveles de la hormona del hambre (grelina) y disminuyendo los niveles de la hormona de la saciedad (leptina). Esto puede aumentar el apetito y hacer que la persona sienta más hambre de lo normal, lo que puede llevar a un aumento de la ingesta de alimentos y, por lo tanto, al aumento de peso.
Además, la falta de sueño también puede aumentar la producción de cortisol, una hormona del estrés que puede aumentar el almacenamiento de grasa en el cuerpo y disminuir el metabolismo.
Por lo tanto, es importante asegurarse de dormir lo suficiente y de tener una buena calidad de sueño para mantener un peso saludable y prevenir problemas de salud relacionados con el aumento de peso. Se recomienda que los adultos duerman entre 7 y 9 horas por noche.
En diferentes paises se han presentado estudios prospectivos similares que, en su conjunto, sugieren que la duración del sueño está asociada con cambios en el índice de masa corporal, lo que podría aumentar el riesgo de desarrollar obesidad y enfermedad cardiometabólica.
El sueño por tanto, no es simplemente una cuestión de descanso, sino que cumple una función reparadora vital para nuestro organismo. Los investigadores del Instituto de Investigación Traslacional Scripps en La Jolla, California, sugieren que existe un aumento del índice de masa corporal, en las personas que duerme poco. Concluyen que aunque hay individuos en los que la duración y los patrones de su sueño sonn muy variables, las personas en las que la duración del sueño es menor existe una asociación clara con un mayor índice de masa corporal.
¿Por qué domir poco aumenta de peso?
Al descansar menos de 6 horas o estar despiertos durante la noche, se activa un gen que se ha denominado “Period” que se relaciona con la presencia obesidad y el riesgo cardiovascular.
Investigaciones previas han demostrado que el metabolismo del cuerpo humano se altera cuando no se duerme lo suficiente. Se experimentan cambios en dicho metabolimo, por la alteración de dos hormonas que participan en la regulación del apetito como son la leptina, que provoca saciedad, y la grelina, una hormona estimulante del apetito, que lo llevan a sufrir más apetencia, especialmente de alimentos más calóricos y de peor calidad nutricional. El cambio de metabolismo hace que se tienda a quemar calorías con menos eficiencia y a acumular más grasa, lo que se traduce en un aumento del sobrepeso y de la obesidad.
Todo esto se complementa con una reducción de la secreción de insulina en el páncreas, lo que merma la capacidad de esta hormona de controlar el nivel de azúcar en el conjunto del organismo y, como consecuencia, se aumenta el riesgo de desarrollar diabetes.
¿Como se relaciona la edad con la duración del sueño y el IMC?
Sin embargo, la relación entre el tiempo de sueño y el IMC no es tan directa. En el artículo de Grandner (The Relationship between Sleep Duration and Body Mass Index Depends on Age) intenta explicar por qué ha habido resultados inconsistentes al examinar la duración del sueño y el IMC. La relación entre estas variables probablemente depende de la edad. En los adultos jóvenes, esta relación entre el sueño y el IMC es lineal, donde a más horas de sueño existe un IMC más bajo. Sin embargo, esta relación cambia para las personas de mediana edad, donde 7 u 8 horas de sueño se asocian con el IMC más bajo, y tanto los que duermen poco como los que duermen mucho tienden a tener un IMC más alto. En los adultos mayores, la asociación entre la duración del sueño y el IMC se debilita.