La experiencia clínica y epidemiológica ha demostrado una indiscutible asociación entre obesidad y diabetes mellitus. Grados moderados de obesidad pueden aumentar el riesgo de presentar diabetes hasta 10 veces y este riesgo crece relacionado con el grado de la obesidad.
Esta relación se vincula al tipo de obesidad, en cuanto a la distribución de la grasa corporal, siendo mayor en obesidad de tipo central.
A su vez, la reducción de peso de un diabético obeso mejora notoriamente su condición metabólica, facilitando el control de la glicemia al reducir la resistencia insulínica y por tanto, se requiere menor medicación.