obesidad en mallorca - Cirugía bariátrica / metabólica

Consecuencias de la reducción gástrica

reducción gástrica

La reducción gástrica no trae consecuencias, aporta cambios.

La reducción del estómago permitirá «conciencia gástrica» para aquel paciente que busque mejorar el control de su ingesta y comer responsablemente.

En la fase inicial de la cirugía una dieta líquida inicial y luego la drástica restricción de las porciones, le ayudará a perder peso en forma rápida y evidente, al provocarse una saciedad temprana.

¿Qué siente el paciente tras una cirugía de reducción gástrica?

Después de una cirugía de reducción gástrica, es común que los pacientes experimenten una variedad de sensaciones y síntomas.

Algunos de estos síntomas pueden incluir:

  • Dolor: Es común que los pacientes experimenten dolor después de la cirugía, especialmente en el área abdominal. El dolor puede durar unos días y se puede controlar con medicamentos para el dolor recetados por el médico.
  • Hinchazón: Los pacientes también pueden experimentar hinchazón en el área abdominal después de la cirugía. Esto puede durar varios días y puede ser aliviado con la aplicación de hielo y una dieta líquida clara en los primeros días después de la cirugía.
  • Fatiga: La recuperación de la cirugía de reducción gástrica puede ser agotadora, y los pacientes pueden experimentar fatiga y falta de energía durante varias semanas después de la cirugía.
  • Náuseas y vómitos: Es común que los pacientes experimenten náuseas y vómitos después de la cirugía, especialmente durante los primeros días después del procedimiento. Los medicamentos pueden ayudar a aliviar estos síntomas.

Pasados los síntomas propios de los primeros días tras la cirugía lo importante es el seguimiento psicológico-nutricional que permitirá los cambios para favorecer la pérdida de peso.

La reducción gástrica induce cambios físicos

Cambios en los hábitos alimentarios: Los pacientes también pueden experimentar cambios en los hábitos alimentarios después de la cirugía de reducción gástrica. Esto puede incluir una dieta líquida en las primeras semanas después de la cirugía, y una dieta blanda y luego una dieta sólida más adelante.

Es importante que los pacientes sigan las recomendaciones dietéticas de su médico para ayudar a evitar complicaciones y asegurar una recuperación adecuada.

La mecánica del comer cambiará al diminuir el tamaño de los bocados, bajar el ritmo de comidas y aumentar la masticación y parar de comer tan pronto se alcance una sensación de saciedad.

Entre el primer y el sexto mes existe un reencuentro con la comida, que deberá ser gradual e incluso puede ser que la sensación normal de poco apetito se siga manteniendo con aparición de disgusto ante olor de comida o sensación de nauseas.

La restricción dietética recomendada requiere un proceso de aprendizaje que requiere información y asesoramiento por nuestros profesionales.

En ocasiones, pueden presentarse vómitos ocasionales que pueden considerarse “normales” en esa fase de aprendizaje y entrenamiento a realizar comidas lentas con una adecuada masticación y limitar al ingesta al tener sensación de saciedad.

A partir del sexto mes, el estómago ya permite cantidades mayores de alimento pero el paciente ya esta “entrenado” para regular la cantidad de alimento y su tipo evitando aquellos alimento que no sean bien tolerados , existiendo así una relación responsable con la comida.

Adicionalmente se ha adquirido el compromiso de la toma de suplementación vitamínica para prevenir deficiencias y de algún modo se ha imi ciado cierta actividad física que permitirá disminuir el impacto de los efectos secundarios tales como la flacidez y los pliegues de la piel.

Tabla de contenidos